A primera vista, el hotel parece un edificio abandonado, tiene un gran portón que permanece cerrado hasta que tocas el timbre y un empleado acude a abrirte, no tiene un letrero visible, solo un toldo grafiteado, el proceso de check in es bastante lento, el área común del hotel es muy linda, tiene sillas cómodas por todos lados para que los huéspedes puedan sentarse a tomar un café o unos tragos, sin embargo, dentro de la habitación, el sofá tenía el cojín volteado porque por el lado contrario estaba completamente roto, el refrigerador estaba muy sucio, la llave de la regadera está a punto de salirse de su lugar, las toallas parecen trapos de carwash, todas rotas y desgastadas, el colchón de la habitación parece hecho de ladrillos, es durísimo e incómodo, la televisión es de principios de los años 2000 y la imagen se ve muy rara, por la mañana como a las 9am quisimos hacer check-out y el encargado estaba profundamente dormido en la oficina, en general una mala experiencia y no le recomendaría a nadie quedarse en este lugar que hacen pasar por un hotel.