"Está a 30 minutos afuera de Zaragoza. Nuestra habitación estaba bien limpia, un poco estrecho, pero eso no nos molestó. El desayuno el primer día consistió en frutas y pan con conservas. El pan era del manufacturado del supermercado, no pan fresco de la panadería Había café frío para calentar en un microondas así como té para prepararlo de la misma manera. El microondas dio brega para calentar una taza de líquido. También había zumos. La segunda mañana se añadió pizza y embutidos y Nutella. De las dos personas que trabajaban, una hablaba con un acento local muy fuerte-inentendible para nosotros dos, uno siendo de habla español como su lengua materna y la otra siendo intérprete profesional. La otra persona contestaba nuestras preguntas de manera inexacta y a veces contestando algo que no preguntamos y dejándonos sin respuesta a nuestra verdadera pregunta. Hay un perro que vino a la puerta de forma agresiva cuando íbamos a entrar y tuvimos que cerrar la puerta rápido muy asustados hasta que vino el dueño a controlarlo."
